A pesar de que D. Manuel Luna empieza su periplo expositivo a los cincuenta años y de que tendrá que compaginar su labor pictórica con su profesión de ingeniero técnico industrial, además de con las responsabilidades familiares que conlleva ser padre de nueve hijos: cuatro mujeres y cinco varones; cuenta con una ingente producción de óleos y la experiencia de haber participado en una amplia lista de certámenes, concursos y muestras, llegando incluso a impartir algunos cursos y talleres a nivel local.
Hemos tenido ocasión de conocer personalmente al pintor y de que sea él quien nos aporte los datos relacionados con su formación, su trayectoria y sobre todo su propia obra; facilitándonos, además, numerosos documentos entre los que se encuentran la práctica totalidad de los catálogos de sus exposiciones – abarcando desde 1981 hasta la actualidad -. Además, contamos con las correspondientes noticias recogidas en la prensa local y provincial, así como los artículos que se le han dedicado a su persona o que él mismo ha escrito en publicaciones villarrenses y cordobesas con temática artística.
No son pocas las críticas y reflexiones que amigos o entendidos en arte le han dedicado a su obra. Entre los documentos que nos facilita se encuentran varias fotografías personales y una breve autobiografía mecanografiada. Por habernos dedicado todo el tiempo requerido y por facilitarnos el material citado le trasladamos nuestro agradecimiento.
Hijo de D. Manuel José Luna Ruiz y Dª África Alonso Quesada, D. Manuel José Luna Alonso es el mayor de cuatro hermanos, nacido el 18 de febrero de 1933 en Alcalá la Real, (Jaén). Gran parte de su niñez y juventud la pasó, sin embargo, en Villa del Río; aunque antes, en 1934, destinarían a su padre, médico, a Torreblascopedro (Jaén) – donde la familia pasaría la Guerra Civil y donde nacerían dos de sus hermanos -.
No será hasta 1937 cuando lleguen a Villa del Río por los mismos motivos laborales de su padre, permaneciendo aquí D. Manuel hasta que contrae matrimonio tres décadas más tarde.
Su primera formación tuvo lugar en el Colegio Divina Pastora de Villa del Río y, después, en los Grupos Escolares. Conserva algunos recuerdos amables de aquella tierna edad relacionados con su necesidad de pintar; aprovechaba los tizones del brasero de picón para pintar sobre las aceras de las calles del pueblo, compuestas en aquella época de losas de piedra. Manuel copiaba los personajes de los tebeos, revistas y libros que caían en sus manos, como los de El Guerrero del Antifaz u otros como el Gran Capitán o Cristóbal Colón y, sobre todo, reñía constantemente con el resto de la chavalería de su edad. D. Manuel considera haber sido un niño travieso e inquieto, aventurero y nervioso; actitudes que caracterizarán su personalidad durante toda su vida.
Cursará los cinco primeros años de bachiller en el Colegio San Agustín de Jaén y los dos últimos en los Hermanos Maristas de Lucena (Córdoba), así como la Reválida de Examen de Estado en la Universidad de Murcia. El pintor recuerda estos años como una época especialmente dura, sobre todo la que pasa internado en Jaén, en una España de posguerra donde tendrá que ingeniárselas para acceder a la comida que le llegaba con cierta dificultad de manos de una de sus abuelas, que vivía en las inmediaciones. Tampoco fueron pocos los azotes que recibe debido a una educación que usaba la violencia para inculcar la disciplina y los conocimientos. Esto no ayudaba precisamente a un niño de carácter inquieto y curioso, sino más bien todo lo contrario. Aun así, en 1949, D. Manuel se presenta al Primer Concurso de Dibujo que organiza el Ayuntamiento de Villa del Río ganando el primer premio. También en esta época tendrán lugar los primeros contactos con el pintor D. Ángel Cabrera Polo, menor que él, pero ya inquieto y deseoso por recibir orientaciones técnicas de sus vecinos ya iniciados.
El padre de D. Manuel pondrá todo su empeño en que él siga sus pasos en la Medicina, por lo que hará que su hijo se traslade a Cádiz para estudiar la carrera, que finalmente terminaría abandonando para tomar otro camino. D. Manuel tenía por entonces tremenda pasión y grandes habilidades para el deporte, en especial para el atletismo. Así que marchó a Madrid para iniciar los estudios de Ingeniería y poder crecer en lo deportivo. Recuerda que durante el primer año en Madrid visitaría todos los domingos, sin falta, el Museo del Prado, disfrutando especialmente con las obras de Tiziano, (19490 – 1576), Velázquez, (1599 – 1660), Goya, (1746 – 1828) y, sobre todo, Rembrandt, (1606 – 1669).
Poco después de llegar a Madrid se encontraría como pez en el agua entre los círculos culturales de la capital, frecuentando las tertulias de los cafés, abarrotados de personalidades populares, actores y actrices, intelectuales, artistas, músicos y personajes relevantes del panorama televisivo y teatral del momento. Recuerda con cariño a sus amigos, los modistos de Vargas – Ochagavía o las coincidencias con Dª María Dolores Pradera. Será precisamente durante su estancia en la capital cuando tendrá la oportunidad de entablar contactos con el pintor D. Pedro Bueno, al que ya conocía de Villa del Río, y a quien achaca su interés por iniciarse en la pintura tiempo después. También en esta época madrileña – que transcurre desde 1952 a 1958 – desarrolla otras habilidades artísticas como la interpretación, que nos confiesa será su verdadera vocación, con lo que realmente se encontraba realizado. Sus condiciones físicas permitieron que se le requiriera para la realización de las escenas de riesgo en alguna película de acción. Nos cuenta que fue elegido para sustituir a D. Francisco Rabal en la película de El Cid, aunque finalmente no pudiera ejecutar ese papel ya que la terminaría protagonizando D. Charlton Heston.
D. Manuel Luna, inmerso por completo en el ambiente teatral y televisivo madrileño de mediados de siglo, llega a vincularse también con Televisión Española, a través del grupo de teatro dirigido por D. Juan Guerrero Zamora, por lo que trabajará actuando en dos sesiones por semana, entablando contactos, asimismo, con el actor D. D. Francisco Morán Ruíz y ensayando con D. Víctor Andrés Catena López en el Teatro Popular Universitario, junto a Dª. María del Carmen Sáinz de la Maza. Además, participa en los spots publicitarios de Bodegas Domeq para televisión, y en 1956 obtendrá el segundo premio en un concurso de actores noveles de la revista cinematográfica Radiocinema que dirigía D. Rafael Romero Marchent.
Amaba la interpretación, y ganaba el suficiente dinero, más de lo que él hubiera podido imaginar, para ser independiente en la capital viviendo del arte. Actuará en el Teatro María Guerrero, el Teatro Beatriz o el Infanta Isabel mientras completaba dos cursos en la Real Escuela de Arte Dramático que dirigía D. Fernando Fernández de Córdoba.
En cuanto a sus aptitudes para el atletismo, participó a nivel internacional en las especialidades de salto triple y lanzamiento de jabalina, siendo seleccionado para la Universidad de París en 1958, disputó el Campeonato de Castilla de lucha grecorromana perteneciendo también al Club de remo Plus Ultra de Madrid, en el equipo de traineras.
Una etapa, sin duda, que D. Manuel recuerda de manera especial y que se prolongaría siete años, hasta que su padre descubre que una fotografía suya aparece en una revista de cine. Es entonces cuando le hará prometer, con verdadero disgusto, que abandonará esa vida para dedicarse a otra cosa más productiva. Debido a la presión a la que se vio expuesto, y a pesar de estar pendiente de numerosos proyectos teatrales, televisivos, cinematográficos e incluso deportivos, D. Manuel tendrá que optar por abandonar ese camino, desvincularse por completo de su sueño y perder todo vínculo con su red de contactos, para tomar otros caminos que poco tendrían que ver con sus verdaderas aspiraciones.
Sin embargo y pese a ello, no dejará de alimentar sus inquietudes por la pintura practicando el dibujo y la técnica del óleo cada vez que tuvo oportunidad. De 1960 data su participación en el Concurso de Dibujo y Acuarela Universitario SEU de Jaén, en el que lograría el primer premio. En Villa del Río tuvo ocasión también de tratar con el pintor D. Blas Moyano. Cuenta cómo una vez este pintor acompañó a la que era su novia, Esperanza, a la consulta de médico de su padre, y que mientras esperaba dibujó una cabeza de soldado romano.
También hizo buena amistad con D. Matías Prats Cañete, con quien viajó en numerosas ocasiones para acompañarlo a su trabajo en NO – DO y a distintas charlas o conferencias y a quien realizó un retrato que después le regaló.
En 1963 contrae matrimonio con Dª. Carmen, nacida en Bujalance, (Córdoba); a quien conoció estando en Villa del Río y con quien tendrá nueve hijos: cuatro mujeres y cinco varones, en quince años.
D. Manuel cuenta que, entonces, se encargaría él personalmente de decorar su vivienda con una serie de cuadritos pintados al óleo y de diseñar la decoración y parte del mobiliario.
En 1964 termina la carrera de Perito Industrial en Linares, (Jaén); ejerciendo ya de jefe de obra en una empresa constructora, actividad que desempeñará el resto de su vida en numerosas ciudades de gran parte de la geografía española.
Después de Villa del Río estaría viviendo en Sevilla cinco años; posteriormente en Málaga, durante quince, para volver a Córdoba e instalarse definitivamente.
Al parecer, será durante un periodo de desempleo cuando se anima a iniciar la actividad pictórica, integrándose también como miembro de la junta directiva de ASAP, (Asociación de Artistas Plásticos de Córdoba); y coincidiendo con otros paisanos, como D. Miguel Cachinero Muñoz o D. Miguel Pérez Moreno en algunas muestras colectivas, teniendo lugar la primera de ellas en 1981 a través de la Asociación Cultural Guadalquivir en Villa del Río.
Fijará su primer taller en las proximidades del Círculo de la Amistad y, posteriormente, cerca del edificio que alberga el céntrico Instituto Góngora de la capital cordobesa.
En 1982 tiene lugar su primera participación en un certamen de pintura, en La Carlota, (Córdoba) y, en 1983, organizará su primera exposición individual en el restaurante cordobés Bodegas Campos.
Desde entonces, procuraría exponer cada año una serie de obras que había estado realizado de manera autodidacta, aunque intentado completar sus conocimientos con monográficos cursados en la Escuela de Artes Aplicadas de Córdoba y también en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, además de algunos cursos de paisaje, dibujo y modelado con profesores como D. Antonio Povedano Bermúdez o D. Venancio Blanco en Priego de Córdoba.
A partir de aquí, contará con críticas, reflexiones y textos de varias personalidades relacionadas con la cultura del momento, tanto de Villa del Río como de Córdoba, que quedarán reflejados en sus catálogos de exposiciones, así como en numerosas notas de prensa, redactadas, entre otros, por D. R. Muñoz, D. Bartolomé Delgado Cerrillo o D. Carlos Clémentson. Este último dirá de su pintura, en el catálogo de su primera exposición individual de 1983, que es para él una gozosa liberación de los condicionamientos y presiones de la realidad cotidiana.
D. Juan Latino, en 1984 entiende que busca en la realidad lo que en ella hay de verdad, humano, bello y poético. Un año después, D. Miguel Viribay analiza la colección que expone en Montoro, resaltando que en el bodegón, el fruto se queda como pretexto para arrancarle zonas plásticas a la materia y en la misma, el mismo D. Juan Bernier dirá que su propio paisaje va con él, incluso en sus naturalezas, no muertas, si no vivas, con sus flores y sus frutos, sus hojas de las alamedas ribereñas y sus olivares verde – plata… Un pintor en que la figura humana, la mujer sobre todo, está desnuda o semidesnuda, bien tratada en el óleo que esconde entre sus matices cromáticos la naturalidad, la sencillez física y ágil de la belleza….
En Córdoba retomaría la práctica tertuliana que en su juventud tuviera lugar en el madrileño Café Gijón, aunque esta vez en el Bar Siroco, con el citado D. Juan Bernier, D. Pablo García Baena y otros artistas cordobeses.
D. Fernando Pérez Camacho le dedica un texto para su exposición de 1993 en Galería Studio52 de Córdoba, donde apunta lo siguiente: He aquí la grandeza de este andaluz, admirador de su paisano Pedro Bueno, a quien rinde continuo homenaje en sus cuadros. El catálogo de esta exposición, la de 1993, está precisamente ilustrado con su obra Niña con violín, al igual que la portada de la Revista de Feria de Villa del Río del año 2000.
En relación con esta obra, el autor nos cuenta cómo fueron determinantes las orientaciones de D. Pedro Bueno, quien le aconsejó realizar previamente una grisalla para después aplicarle el color. D. Manuel considera esta una de sus mejores pinturas, con un efecto que intentó repetir pero que después no volverá a conseguir reflejarlo de la misma forma.
A D. Manuel le apasionaba ser testigo de los procesos de creación del maestro D. Pedro Bueno. En una de las ocasiones en las que fue a visitarlo a su casa de Villa del Río, el maestro le pidió que barnizara algunas de sus obras mientras lo acompañaba.
Su frenética actividad expositiva en la capital y sus pueblos, además de sus habilidades en las relaciones y su voluntad de avanzar en la calidad de sus trabajos hará que, como vemos, no escaseen las reflexiones que otros vierten sobre su pintura. En 1996, D. Bartolomé Delgado Cerrillo dirá de él que tal y como reflejan sus cuadros, la luz es preeminente, así como el color, colaborando en esto esta variedad de componentes con un predominio de los azules que, pasando por morados, llegan a convertirse en grises. D. José Salguero Carrera, por su parte, considerará que el color muy templado, proporciona a la obra cierto calor humano, sencillo y sincero; hay ternura en alguna de sus pinturas.
Incluso el poeta cordobés D. Pablo García Baena – integrante del Grupo Cántico y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1984 – dedicará un texto para el catálogo de la muestra que D. Manuel Luna organiza en el Círculo de la Amistad de Córdoba, en 2006. En dicho escrito considera que es pintor de la verdad, sus lienzos son como ilustraciones de algo vivido y despiertan en el espectador el interés por el ambiente que, minucioso, relata su pincel. Así en los bodegones florales podemos intuir las manos femeninas que cortaron las rosas, en los desnudos, el pálpito de la espera o el sueño tras el acto carnal, el violín de Ingres en la violinista entristecida.
Entre sus exposiciones, certámenes y premios, contamos con los siguientes, algunos ya citados:
● Concurso de Dibujo, Ayuntamiento de Villa del Río, 1949.
● Concurso de Dibujo y acuarela del SEU, Jaén, 1960.
● Exposición colectiva de pintores villarrenses en Villa del Río, 1981.
● Exposición colectiva en el Certamen regional de la Carlota, (Córdoba), 1982.
● Exposición colectiva en el Certamen Nacional Pedro Bueno en Villa del Río, 1983.
● Exposición colectiva en el Certamen Nacional de Alcalá la Real, (Jaén), 1983.
● Mención de Honor I Bienal de pintura Pedro Bueno, Villa del Río, Córdoba, 1983.
● Exposición colectiva en el XIII Certamen Nacional Rafael Zabaleta de Quesada, (Jaén), 1983.
● Exposición individual en Restaurante Bodegas Campos de Córdoba, 1983.
● Exposición individual en Círculo de la Amistad de Córdoba, 1984.
● Exposición colectiva en el Certamen Nacional de Martos, (Jaén), 1984.
● Exposición colectiva en el Certamen Nacional Club 63 III Premio Pintura de Jaén, 1984.
● Exposición individual en Galería Aljaba de Jaén.
● Exposición individual en el Ayuntamiento de Lucena, (Córdoba).
● Exposición individual en CajaSur, Montoro (Córdoba), 1985.
● Mención de Honor XII Concurso Federación de Peñas, Córdoba, 1986.
● Exposición colectiva en la Victoria, ASAP, Córdoba, 1986.
● Exposición individual en Caja de Ahorros de Ronda y Fuengirola, (Málaga), 1986.
● Exposición individual en Galería Velázquez de Valladolid, 1987.
● I Premio XIII Concurso Federación de Peñas de Córdoba, 1987.
● Exposición colectiva en el XIII Concurso de Pintura Federación de Peñas, Córdoba, 1987.
● Exposición colectiva en Galería Studio52, Córdoba, 1990.
● Cartel Festival de Flamenco y I Trial Casabermeja, Málaga, 1991.
● Exposición colectiva en el Certamen Nacional José Arpa, Carmona, (Sevilla), 1992.
● Exposición colectiva de pintores villarrenses, Villa del Río, 1992.
● Exposición colectiva intergeneracional de Arte Plástico, Córdoba, 1993.
● Exposición colectiva en la XXX Exposición Nacional de Pintura, Pozoblanco, (Córdoba), 1994.
● Exposición colectiva en Premio Maestro Mateo CajaSur y Casa de Galicia, Córdoba, 1994.
● Exposición colectiva de pintura y escultura en el Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba, SAP, Córdoba, 1994.
● Exposición colectiva en Premio Maestro Mateo CajaSur y Casa de Galicia, Córdoba, 1995.
● Exposición individual en Casa de la Cultura de Villa del Río, 1995.
● Exposición individual en Galería Céspedes y Círculo de la Amistad de Córdoba, 1995.
● Exposición en Galería CajaSur de Bujalance, 1996.
● Exposición en Galería Céspedes Círculo de la Amistad de Córdoba, 1996.
● Certamen Nacional de Alcaudete, (Jaén), 1996.
● Premio Nacional de Baena, (Córdoba), 1997.
● X Premio Villa de Arjonilla, (Jaén), 1997.
● 50 Certamen Nacional José Arpas. Carmona (Sevilla), 1997.
● 50 Aniversario de Manolete. Zoco, Córdoba, 1997.
● XXXIII Premio Nacional de Pozoblanco (Córdoba), 1997.
● Exposición en Taberna La Fuenseca, Córdoba, 1997.
● Premio Maestro Mateo, CajaSur, Córdoba, 1997.
● Exposición colectiva en Zoco, Córdoba, 1998.
● Premio Torres Burgos de pintura sobre el vino, 1998.
● Colectiva pro restauración de la parroquia de Villa del Río, 1998.
● La Fuenseca homenaje a los artistas plásticos, Córdoba, 1998.
● Segunda Muestra de Pintura y Escultura en el Zoco Córdoba, 1998.
● Exposición Colectiva inauguración Galería de Arte 21, 1998.
● Los 70 en el recuerdo en Galería Estudio 52, 1998.
● XI Concurso Nacional de Pintura Villa de Arjonilla, (Jaén), 1998 y 1999.
● XX Concurso Nacional de Pintura Ciudad de Martos, (Jaén), 1999.
● XXIV Bienal de Pintura de Morón, (Sevilla), 1999.
● XXXIV Premio Nacional de Pintura de Pozoblanco, (Córdoba), 1999.
● Galería La Ponderosa. Villanueva del Duque, (Córdoba), 1999.
● Exposición individual en Círculo de la Amistad, Córdoba, 2006.
● Exposición colectiva IV, V y VIII Muestra Bienal de Arte de Villa del Río, 2009, 2011 y 2017.
● Exposición individual en Círculo de la Amistad, Córdoba, 2018.
También ha desempeñado nuestro pintor las funciones de jurado en el Premio de Pintura de San Fernando, (Cádiz) en 1997, y ha sido profesor del Taller de Pintura del Alto Guadalquivir en Villa del Río en 1997 y 1998. A sus clases habría asistido la ilustradora Dª. Virginia Garrido Millán y el escultor D. Sebastián Montes Carpio cuyos padres, en este caso, pidieron consejo a D. Manuel, que los animó sin dudarlo a apostar por la carrera artística de sus hijos.
Aunque ha tenido alguna experiencia con la escultura y se considera mejor escultor que pintor, asegurando que en el Museo privado local de Manolete se encuentra uno de sus retratos escultóricos, D. Manuel Luna tiene una producción fundamentalmente pictórica. Aunque ha probado a llevar a cabo otras técnicas como el acrílico o la acuarela, ha conseguido el efecto buscado siempre con óleo sobre lienzo. Ha mostrado una gran predilección por la temática tradicional: bodegones compuestos por objetos domésticos y cotidianos, alimentos y flores, paisajes con alguna figura humana o animal, retratos de personajes populares o famosos, y desnudos o semidesnudos femeninos.
Los temas cinegéticos y también los relacionados con la tauromaquia han sido, asimismo, motivo de inspiración para D. Manuel, que ha sentido predilección por la figura del torero Manolete, entre otros. Nos narra que llegó a verlo en persona y a saludarlo contando él con 12 años, estando en posesión de una entrada para verlo en Almería, en una corrida que tuvo lugar el día siguiente a su fallecimiento y a la que acudió de todos modos, vestido de luto. Precisamente será una colección de óleos de temática taurina, con la representación de este y otros toreros, la primera que se exponga en los salones de la conocida taberna cordobesa de La Fuenseca que, a partir de entonces, acogerá la obra de multitud de artistas.
Aparte de las disciplinas citadas, D. Manuel tiene destreza con el dibujo a grafito y a carboncillo, llegando a ilustrar hasta cuatro libros de poemas. En la actualidad, a sus 85 años, su abanico de inquietudes artísticas se ha abierto de tal manera que interpreta la voz de tenor en una coral en Córdoba, participa en recitales y toca la guitarra de manera autodidacta, sin haber dejado de lado su gran afición y amor por la pintura.