Con anterioridad a estos trabajos se conocían cerámicas ibéricas, pintadas con la típica decoración geométrica, halladas en Las Moraillas y en las cercanías del propio casco urbano. Dada su ubicación topográfica es posible que nos hallemos ante un tipo de asentamiento ibérico, observando en la zona de la Campiña Baja, caracterizado por su dedicación agrícola, su localización en llano y la ausencia de fortificaciones.
Sin embargo, la asociación de los materiales ibéricos con cerámicas romanas, de cronología tardía en algún caso, podría indicar que se trata de núcleos ibero-romanos que tienen su razón de ser en la ocupación de carácter rural. Por supuesto, la presencia de cerámicas romanas puede también deberse a la romanización de esos asentamientos.
De época romana se conocen numerosos asentamientos de tipo rural, entre los que destaca el existente en el Cortijo del Cañaveral, posiblemente una villa de cierta importancia, según lo indican los hallazgos de superficie (placas de mármol de revestimiento mural), con un establecimiento termal anexo. Mencionaremos también la detectada en el Cortijo de la Veguilla, villa que estaba complementada con una factoría para la fabricación de tejas.
La mayoría de estos enclaves perduraron hasta época tardo romana, lo que testimonia la pujanza económica de la zona, determinada por la cercanía al Guadalquivir y a la llamada Vía Augusta, los dos principales ejes de comunicación de la Andalucía romana, y por la capacidad agrícola de los terrenos de vega.
D.V./D.R./J.C./J.M.
(Nota:) Actualmente se encuentra en proceso de restauración debido a las fuertes lluvias que han causado un gran deterioro en el monumento.