Sin paz, estabilidad, derechos humanos y gobernabilidad efectiva basada en el Estado de derecho; no es posible alcanzar el desarrollo sostenible. Vivimos en un mundo cada vez más dividido. Algunas regiones gozan de niveles permanentes de paz, seguridad y prosperidad, mientras que otras caen en ciclos aparentemente eternos de conflicto y violencia. De ninguna manera se trata de algo inevitable y debe ser abordado.
Los altos niveles de violencia armada e inseguridad tienen consecuencias destructivas para el desarrollo de un país, afectan el crecimiento económico y redundan a menudo en agravios arraigados que pueden extenderse por generaciones.
Las amenazas de homicidio intencional, la violencia contra l@s niñ@s, la trata de personas, la violencia sexual, la explotación y la tortura también son fenómenos generalizados donde existen conflictos o no hay Estado de derecho; y los países deben tomar medidas para proteger a los sectores que corren más riesgos.
Todos estos temas deben ser abordados para crear sociedades pacíficas e inclusivas. Allanan el camino para la provisión de acceso a la justicia para tod@s y para la construcción de instituciones efectivas y responsables en todos los niveles.
Si bien los casos de homicidios y trata de personas han experimentado un progreso significativo en la última década, todavía hay miles de personas en mayor riesgo de homicidio intencional en América Latina, el África subsahariana y Asia. Las violaciones de los derechos del niño a través de la agresión y la violencia sexual siguen asolando a muchos países en todo el mundo, especialmente porque la falta de información y la falta de datos agravan el problema.
Para hacer frente a estos desafíos y construir sociedades más pacíficas e inclusivas, es necesario que se establezcan reglamentaciones más eficientes y transparentes, y presupuestos gubernamentales integrales y realistas. Uno de los primeros pasos a la protección de los derechos individuales es la implementación del registro mundial de nacimientos y la creación de instituciones nacionales de derechos humanos más independientes en todo el mundo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan reducir sustancialmente todas las formas de violencia y trabajan con los gobiernos y las comunidades para encontrar soluciones duraderas a los conflictos e inseguridad. El fortalecimiento del Estado de derecho y la promoción de los derechos humanos es fundamental en este proceso, así como la reducción del flujo de armas ilícitas y la consolidación de la participación de los países en desarrollo en las instituciones de gobernabilidad mundial.
Algunas de sus metas son:
◊ Reducir considerablemente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad conexas en todo el mundo.
◊ Poner fin al maltrato, la explotación, la trata, la tortura y todas las formas de violencia contra l@s niñ@s.
◊ Promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para tod@s.