La tradición histórica nos relata que desde la época árabe, e incluso anterior, el lugar era un coto muy abundante en caza mayor, por lo que desde los primeros tiempos fue uno de los preferidos por los emires y califas de Córdoba y pertenecientes a las propiedades reales. Posteriormente ya en época cristiana la mayor parte del tiempo perteneció al patrimonio realengo de la Corona, administrado por el Concejo de Córdoba.
Por ello el Emperador Carlos V, el día 18 de Abril de 1531 autoriza al Concejo de Córdoba, a deshacerse de la propiedad del Castillo de Aldea del Río para que en el mismo se pudiera hacer la iglesia del lugar.
Fueron muy puntuales las épocas que perteneció a la Casa de Aguayo a raíz del Repartimiento del Rey Fernando III en 1235-36, o a la Casa de Montemayor en la Guerra Civil entre Enrique IV el Impotente y el infante don Alfonso, entre los años 1465-1469, o bien a la Casa de los Sousa de Portugal, desde la Fundación del Mayorazgo de la Villa de Aldea el Río en 1636. A parte de estos pequeños espacios de tiempo, es decir la mayor parte de la historia, la Aldea ha pertenecido a la Corona de Castilla. De ahí la utilización de la corona real.

José Luis Lope y López de Rego

Revista de feria 2003